Educación Socialmente Sostenible

INTRODUCCIÓN

República Dominicana, en la mejor intención de avanzar hacia el cumplimiento de los ODS, ha estado tomando acciones que favorezcan el ambiente institucional para apoyar, proteger y sentar las bases legales para que los organismos gubernamentales dispongan de las normas necesarias para el éxito de los programas diseñados para llevar a cabo la ruta de compromiso ante la Agenda 20-30.

Como parte interesada en la calidad de la educación dominicana, expreso mi opinión acerca de los logros que ha tenido el sistema educativo en materia de cumplimiento de los ODS y la perspectiva que tengo acerca del futuro inmediato y a mediano y largo plazo partiendo de las realidades que experimenta el sector público educativo.

La rentabilidad de la inversión en educación

Ya que la educación está dirigida a la formación de individuos para que sean personas autosuficiente en su economía y aporten a la sociedad para el crecimiento económico de ambas partes, se espera que lo que aprenden sean de utilidad valiosa para que pueda cumplir con ese objetivo.

Siendo realistas, lo único que ha logrado el sistema educativo público es concentrar una masa de individuos con pocas posibilidades de superación económica, lo que se transfiere directamente a una deficiente actividad productiva que no va más allá de obtener lo básico para subsistir, sin posibilidades de generar recursos por actividades organizadas, que son las que necesita todo gobierno para poder beneficiarse de un programa de tributación colectiva bien organizado que facilite la proyección de los recursos que se derivan de un sistema económico que satisfaga las necesidades brindadas a través de servicios públicos.

Desde mi punto de vista, lo que el gobierno hace en materia educativa es un gasto no una inversión, ya que no hay una correspondencia con lo que se da y lo que se espera recibir.

Un aspecto de relevancia en la rentabilidad de la educación es el que se experimenta con los cambios de las necesidades sociales. Por ejemplo, las necesidades sociales actuales no son las mismas que tenía la sociedad de varias décadas atrás, pero el sistema educativo sigue enseñando exactamente con los mismos métodos, estrategias, contenidos, parámetros de medición, las mismas perspectivas que en las generaciones pasadas, lo que, por supuesto, no va a dar resultados reales en proporción con las realidades que vive el mundo actual en término de resultados económicos.

Vista desde el punto de vista que beneficia al individuo y a la sociedad, los recursos dedicados a la educación siempre deben ser considerados como una prioridad, no como una carga de la que el gobierno debe deshacerse, o por lo menos dedicar el mínimo recurso financiero posible, con la excusa de que no hay de donde generar tantos ingresos como nación.

Vista la relación que existe entre la educación y el crecimiento económico, debemos deducir, de manera obvia, que lo uno no funciona sin lo otro, razón que debe llevar a las autoridades gubernamentales a destinar mejor presupuesto a la educación y a establecer mecanismos que eficienticen el proceso de enseñanza para sacar mayor provecho de los recursos destinados a la educación.

La participación del Estado es de importancia capital, ya que esto hace posible que la educación llegue a todos los sectores, especialmente aquellos que tienen limitaciones económicas; esta intervención garantiza la igualdad de oportunidades para cada ciudadano, pudiendo desarrollarse como ente productivo para-i, los suyos y la sociedad en la que vive.

Esta igualdad de oportunidades no significa incrementar el gasto en educación sino más bien saber invertir lo que se dedica para los fines. Aprovechar el presupuesto educativo requiere de una planificación muy bien elaborada que demanda la participación de todos los actores del sistema, muy particularmente la del gobierno a través de las autoridades educativas correspondientes; esto significa invertir bien para una rentabilidad significativa.

No se trata solo de oportunidades para todos sino de la calidad de aprovechamiento de esta para que haya un retorno de la inversión en educación. Es un círculo del que no se puede salir: si se invierte se recupera, lo que llamamos tasa de retorno; si se gasta, nadie gana, por lo que el Estado debe interesarse en la calidad educativa para tener mejor desarrollo económico a nivel social y no solo individual, en el caso de los que logran sacar algún provecho. El estado debe ver los recursos dedicados a la educación como una inversión de capital humano, de donde obtendrá beneficios recíprocos por dicha inversión. Claro está, si la juventud no ve una correspondencia de educación-beneficio, podrán pintarla de color celestial, pero para ellos solo será una pérdida de tiempo que no vale la pena.

Para disipar el temor de no poder desarrollar mis planes a través de mi educación, el Estado debe dar las garantías de confirmar con la realidad del diario vivir que sí es posible, lo que obliga a que el sistema educativo se convierta en un proceso generador de ingresos desde que el niño y la niña comienzan su vida estudiantil, afectado por un régimen de consecuencias que les haga ver los resultados de desperdiciar lo invertido en su proceso de aprendizaje. Esto significa que todos los actores del sistema también deben ser alcanzados por la misma medida. 

Es muy significativo hacer coincidir el enfoque de educación para la sostenibilidad, y la necesidad de una educación socialmente rentable, con la necesidad de una educación sostenible, para lo cual deben tomarse varias medidas. EduDidáctica consciente de esa gran importancia comparte una serie de medidas que se han incluido en la propuesta para un Plan Nacional de Educación, para lo cual invitamos al lector a enterarse de estas en nuestro blog educativo bajo la pestaña Proyectos, enlazada AQUÍ.

Consideración personal

Como conclusión, puedo decir que nuestro país ha marcado un rumbo de desperdicios en lo dedicado económicamente a educación por los resultados obtenidos. Y no habría de esperarse algo diferente. Para citar un ejemplo, el presupuesto educativo del año escolar en curso cuenta con más de 232 mil millones de pesos, sin embargo, el plan educativo que encontré en el portal del MINERD solo tenía 8 hojas para plasmar lo que se haría en todo el año. Es obvio que lo que se va a hacer es gastar, no invertir, porque no hay una planificación de las prioridades que se deben atender, lo que se traduce en un retorno casi nulo de ese presupuesto educativo.


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Mary Berkis

Como parte del equipo de EduDidáctica, estoy comprometida con la calidad educativa del país, porque estoy convencida que nuestra dedicación para que la educación sea algo de lo que podemos sentirnos orgullosos dará sus frutos. Será asunto de tiempo.